El empleo en remoto no un es, ni mucho menos, un concepto nuevo. El término original se remonta a 1973, cuando un ingeniero de la NASA se plantea la posibilidad de trabajar en remoto para dar respuesta al exceso de tráfico y a los problemas de consumo de energía.
Como es evidente, hablar en términos de empleo remoto en 1973 sonaba a algo más parecido a una utopía que a algo real. La inexistencia de internet, unido a las limitaciones de la tecnología, hacían que sólo fuera factible en determinados trabajos que se pudieran efectuar por teléfono o radio, pero sin hacer operativo un proceso de trabajo real.
Sin duda, la evolución del empleo remoto ha venido cargada de innovaciones, avances tecnológicos y un cambio de mentalidad sin precedentes en la historia del mundo laboral.
Los primeros detalles que podemos encontrar sobre la promoción del empleo en remoto están presentes en un artículo del Washington Post de 1979: "Working at Home Can Save Gasoline". Como se puede apreciar por el título, el precepto inicial de promocionar el trabajar desde casa tenía que ver principalmente con el ahorro de combustible.
Unos años más tarde, concretamente en 1992, el gobierno norteamericano lanzó un programa titulado: "Interagency Telecommuting Pilot Project" de cara comenzar estas prácticas entre diferentes agencias gubernamentales.
En el año 2004 se aprobó un proyecto de ley en el Congreso de Estados Unidos para impulsar el trabajo remoto dentro de diferentes agencias e instituciones del país y 5 años más tarde, en 2009, la Oficina de Administración de Personal del gobierno norteamericano registró que más de 100.000 empleos federales estaban trabajando de forma remota.
Estos datos representan solo la punta del iceberg. La aparición en escena de internet propició que el porcentaje de trabajadores remotos fuera del 9% de la población activa de Estados Unidos en 1995. Este porcentaje, tal y como reflejamos en nuestro último post: Conferencia sobre trabajo remoto: Nomad City 2018, se sitúa actualmente en el 48% de la población activa y con una tendencia al alza en los próximos años.
Pero estos datos de crecimiento del trabajo a distancia no los encontramos sólo en Estados Unidos. La Unión Europea, Asia o Latinoamérica también están aprovechándose de esta tendencia y cada vez son más las personas o empresas que optan por esta modalidad de trabajo.
Si tu mentalidad sobre el trabajo remoto te lleva a pensar sólo en startups, freelance o pequeños ecommerce, saca esa idea de tu cabeza.
En un mundo globalizado y donde las TIC son las que llevan de la mano a las compañías punteras, son muchas las empresas que se han apuntado al carro del empleo remoto. Adobe, Mozilla, Automattic o Microsoft se han abierto a esta nueva forma de trabajar, ya sea con una plantilla 100% en remoto o incorporando a alguno de sus equipos dentro de esta tendencia.
Si sientes curiosidad por saber qué tipo de empresas están ofreciendo actualmente oportunidades de trabajo en remoto, puedes acceder a plataformas como remote.com, uno de los portales de referencia a nivel mundial para optar a un empleo remoto.
Las empresas no son las únicas interesadas por el mundo del trabajo remoto. Los millennials, por ejemplo, demandan del mercado laboral mayor flexibilidad y no gastar cada uno de sus días dentro de una oficina, o lo que es lo mismo, flexibilidad por encima de comodidad. Si rescatamos algunos datos del estudio realizado por FlexJobs en 2015, podemos obtener las siguientes cifras:
El trabajo remoto sigue creciendo día a día y cada vez son más las industrias que se van sumando al mismo: asesoramiento legal, ventas, gestión de proyectos, recursos humanos o el sector educativo, son solo algunos ejemplos.
La cultura alrededor del trabajo en remoto no sólo resulta atractiva, sino que además es trending topic. El trabajo remoto se está convirtiendo en algo cultural y coyuntural. Tal es el caso, que muchos de los actores que participan dentro de la misma tienen un sentimiento de pertenencia a una nueva tribu urbana.
Este pensamiento de comunidad, o de tribu, se ve reflejado en diferentes plataformas, grupos de redes sociales o dentro de los espacios de trabajo coworking, que pasan a ser el refugio de muchos de estos trabajadores.
La evolución del empleo remoto no sería posible sin las facilidades que nos ofrecen internet y las nuevas vías de comunicación a la hora de contratar.
Este efecto se ve potenciado, además, por la irrupción en el mercado de plataformas para la búsqueda (u oferta) de empleo remoto. Este tipo de plataformas permite que hacer matching entre empleadores y empleados resulte mucho más sencillo y económico, al tiempo que actúan como filtros de calidad para ambas partes.
En muchas ocasiones se habla de la soledad del empleado remoto o el trabajador remoto. Si bien es cierto que es una de las principales preocupaciones que tienen estas personas, la realidad es que la mayoría se apoyan en comunidades globales, donde pueden compartir inquietudes o resolver dudas con otras personas que están en su misma situación.
Estas comunidades no se limitan solo al estado digital, si no que cuentan con una fuerte presencia física en ciudades como Chiang Mai, Cape Town o Las Palmas de Gran Canaria.
Los espacios de coworking también han sido esenciales en la evolución del empleo remoto.
Estos espacios actúan, por un lado, como catalizadores de relaciones profesionales entre diferentes freelance, y por el otro, como oficina temporal donde romper con la rutina del trabajo desde casa.
Networking, actividades, generación de nuevos proyectos... Los espacios coworking han supuesto un espacio dinamizador desde el que poner en marcha nuevos modelos de negocio o trabajar con las máximas garantías de conectividad.
Junto a los espacios coworking, el otro fenómeno que está rompiendo moldes es el de los espacios de coliving.
Estos espacios han permitido a muchos trabajadores remotos y nómadas digitales conseguir un lugar en el que alojarse (y en ocasiones trabajar) rompiendo las barreras que se suelen imponer desde los alquileres más tradicionales.
Esta tendencia es tal, que actualmente hay muchos espacios de coworking que son incapaces de subsistir sin tener disponible también una oferta de coliving, sobre todo si estos espacios están dirigidos a atraer trabajadores remotos o nómadas digitales.
En combinación con los espacios de coliving, han salido a escena, también, los retreats para empresas remotas. Estos retreats suponen un romper con la rutina, ya que le permiten a muchas compañías, entre ellas startups ,desplazarse con todo su equipo para trabajar en un concepto nuevo, o simplemente para disfrutar de un buen clima y actividades atractivas mientras trabajan de forma remota.
Los eventos y el networking también forman parte del ADN de estos trabajadores y firmas.
Conferencias como Nomad City suponen un espacio en el que generar oportunidades de negocio, tener acceso a una comunidad en crecimiento o aprender sobre nuevas tendencias en sectores en alza.
Sin duda, los eventos y conferencias relacionadas con la innovación, las TIC, el trabajo remoto o las tecnologías emergentes suponen un atractivo notable para estos perfiles laborales.
Hace poco tuve la oportunidad de presentar un evento sobre nomadismo digital y trabajo remoto en Santa Cruz de Tenerife. Ese día comencé mi presentación con una diapositiva con la frase: "Bienvenidos a la era del Nomadismo Digital". Utilizó esa frase en mis presentaciones porque este tema ya no es una tendencia de futuro, sino una realidad del presente.
Muchas empresas y ciudades se están preparando para acoger a estos perfiles laborales, y ya hay algunas voces destacadas, como la de Peter Levels (creador de la web: Nomad List), que estima que en el año 2035 habrá 1.000 millones de nómadas digitales en el mundo.
Sea como sea, lo que está claro es que la evolución del trabajo remoto es una tendencia al alza que seguirá creciendo en las próximas décadas.
Este artículo es una adaptación del artículo: How the Remote Landscape Is Changing de Stefano di Carlo, publicado en el blog de Nomad City.