En este post te voy a contar algo qué me he inventado yo y que he hecho de ello una profesión: La dinamización digital. ¿Te pica la curiosidad? Sigue leyendo.
Si le preguntamos a la Real Academia Española veremos que dinamizar es hacer más dinámico, ágil o activo en proceso, imprimir rapidez e intensidad. ¿Por qué he decidido llevarlo al mundo online?
Déjame que te comparta un dato muy interesante:
¿Sabias solo un 5% de los consumidores de cursos online lo termina, y entre un 0% y un 3% llegan a ser casos de éxito, con lo que no se consigue ni recomendaciones ni testimonios reales de resultados que es el mejor marketing?
Los casos de éxito son la clave de cualquier formación online. Los testimonios y las recomendaciones son el último empujón para decidirnos a entrar en ese curso que nos puede transformar.
Yo misma fui un caso de éxito en un curso que estaba haciendo y estaba tan agradecida por ello que decidí ayudar al formador, al infoproductor, a que otras alumnas también se convirtieran en casos de éxito. Es así como descubrí mi nueva profesión.
Después de esta introducción me va resultar más fácil explicar que es la dinamización digital y qué hace un dinamizador digital.
La dinamización digital es una experiencia de usuario con los 5 sentidos. Emoción y entusiasmo unidos para crear una conexión emocional en una comunidad y/o formación, para impactar en tus clientes de forma extraordinaria. Su objetivo a través de diversas dinámicas y gamificación es sacar la esencia de la formación para que alcancen la máxima transformación posible.
Esta frase puede resumir muy bien el concepto de la dinamización:
No importa lo que enseñas, es cómo hacen sentir tus enseñanzas.
Si un aprendizaje lo asociamos a una emoción lo recordamos mejor y si esa emoción es positiva pues mucho mejor.
La dinamización digital crea experiencias para divertirse mientras se aprende, disfrutando de la formación y a su vez tomando acción.
La dinamización tiene tres pilares:
¿A quien no le gusta jugar?
¿Te acuerdas cuando eras un niño y aprendías jugando? Cuando crecemos se nos olvida jugar y esta demostrado es que la mejor vía para integrar nuevos conceptos, ya que fomenta la retención de conocimientos y agiliza el aprendizaje.
¿Sabes por qué ahora están tan de moda los scape rooms? El juego nos motiva a conseguir metas. Los adultos juegan movidos por muchas motivaciones como la competitividad (fútbol, póquer…), el placer de la pérdida de tiempo (pasatiempos, candy-crush…), la sensación de destreza cuando se domina una herramienta (petaca, videojuegos…), la socialización (juegos de rol, paintball…) o ganar dinero (quinielas, loterías…).
Jugar para obtener logros y conquistas. Sentir que, en nuestro camino transformacional, avanzamos y obtenemos pequeñas (o grandes) recompensas . Lograr hitos. Esta es la esencia de la gamificación.
El éxito de la gamificación se basa en el carácter lúdico de nuevas experiencias incluidas en formaciones para acompañar los contenidos. Esto es así porque propone contenidos más dinámicos y orientados a ejercicios prácticos y con unos objetivos definidos, basados en normas que podrían ser propias de un juego de mesa o un videojuego, aplicados a la experiencia práctica en la vida real.
La gamificación en las formaciones dinamizadas posee siguientes ventajas:
La dinamización plantea la formación como un juego, una aventura, un camino a seguir con hitos, donde tendrás retos en cada lección y si los superas con éxito podrás aplicar la última clave.
Para contarte este pilar te comparto mi mantra:
“Si quieres ir rápido camina solo, si quieres llegar lejos ve acompañado.”
El seguimiento es clave para dinamizar, no solo por la figura del dinamizador digital, sino también por un igual.
Conectarse con un compañero del curso para apoyarse mutuamente, rendirse cuentas e ir avanzando en la formación. Lo que se llama a accountability partner.
Esta figura va crear un nexo de unión muy potente que nos ayudará
Nos suele costar ponernos a tomar acción. Por eso, la mejor forma es buscar a alguien con quien comprometerse para conseguir lo que deseamos. La clave son la confianza y el compromiso, en busca de unos objetivos compartidos.
¿Quién no ha tenido un compañero para ir al gimnasio o jugar al tenis? Seguro que mas de una vez no hubieras ido pero tener el compromiso con otra persona te ha auto obligado a hacer esa actividad.
Es muy importante integrar la comunidad en la formación. La interacción con el resto de alumnos para sentirse integrado, parte del curso, formar parte de una tribu te ayuda a conseguir tus metas.
Somos seres sociales y el sentido de pertenencia es algo que nos motiva de una forma poderosa.
Tener un día para celebrar lo conseguido en la formación es primordial.
La celebración conjunta en la comunidad llena de energía al grupo. Se crea un efecto bola nieva, ya que uno empieza a celebrar y el resto se sigue. ¿La razón? El entusiasmo es contagioso.
No hay logro pequeño que no merezca ser celebrado, incluso mantenerse y no tirar la toalla ya es motivo de celebración.
Tener un diario donde apuntar los logros conseguidos te ayudará en esos momentos de de bajón, en los que tengas ganas de abandonar ese curso, que todos hemos vivido alguna vez.
La celebración debe ir acompañada de un premio por ese logro conseguido, una recompensa por tomar acción.
Pueden ser premios reales, intangibles, premios que no se puedan comprar, experiencias. Estas recompensas se deben aplicar con criterios objetivos, basarse en retos y objetivos divertidos y de superación.
Estos pilares harán que una formación sea una experiencia única y los participantes disfruten del proceso de formación para llegar al éxito.
Me considero una gran consumidora de cursos, podríamos decir que tengo el síndrome del eterno estudiante; pero es algo que me ha aportado para poder dar mi servicio de dinamizadora digital.
Celebrar nos enfoca: nos «obliga» a ver lo bueno, a valorarlo. Celebrar nos renueva: nos llena de entusiasmo, porque advertimos el progreso que estamos haciendo.
Un buen dinamizador: actúa como motivador y iniciador de dinámicas de grupo. Moviliza a las personas para que se tome acción.
Brinda un servicio en la formación, para que se convierta en una transformación a todos los niveles. Su objetivo final es generar muchos casos de éxito.
Es un nexo de unión entre el formador y los alumnos o miembros de la comunidad.
Por último, potencia el servicio de formación y ayuda al infoproductor a diferenciarse del resto, por el impacto que creado en los clientes.
La dinamización digital permite a un curso o formación convertirse en un reto, una misión divertida. Lecciones que se tienen ganas de hacer, ya que se convierten en pequeños pasos con un fin mayor, que es la transformación del alumno.
Además, contar con una pareja de viaje ayudará a las personas a no abandonar en el intento, cuando la motivación decaiga. Celebrar los resultados, ayudará a las personas a ver todo lo que han conseguido hasta ahora y las animará a seguir adelante.
Como puedes comprobar, la experiencia cambia por completo. Una formación enfocada a resultados, como un infoproducto, necesita de momentos divertidos, sociales y de unión. De esa forma, los participantes se mantendrán enganchados hasta el final.
¿La labor del dinamizador? Liderar el cambio entre los participantes, incrementando así los casos de éxito de cada formación.
Para terminar este post te dejo un ejemplo de una dinamización de un master de emprendimiento:
¿Qué te ha parecido la dinamización digital? ¿Le ves futuro? Sigamos la conversación en los comentarios, creemos comunidad.