El lanzamiento de una idea al mercado representa un momento crítico que puede definir tu éxito o fracaso. Basado en el modelo lean startup, el design thinking y la metodología ágil, un producto mínimo viable es una propuesta inicial que sirve para probar la funcionalidad y recepción de un proyecto.
En este artículo, te contaré qué es y cómo aplicarlo de manera efectiva.
El lanzamiento al mercado de un producto o servicio nuevo puede ser un riesgo calculado aplicando el método Lean Startup. Indicado no sólo para startups, sino para diferentes tipos de emprendimientos; su proceso te lleva a la creación de un producto mínimo viable (PMV), que es una primera versión funcional de tu idea y la cual te ayuda a entender su viabilidad.
De acuerdo a Eric Ries, creador de esta metodología, el MVP (minimal viable product) consiste en un prototipo hecho con el mínimo esfuerzo y que te permite reunir la mayor cantidad de datos a partir de posibles clientes. El planteamiento de un producto mínimo viable (PVM) no es otro que validar una hipótesis rápidamente, aprender lo más posible y guiarte por el camino correcto.
Otra definición del concepto es la de Brant Cooprer, quien enfatiza en que el pvm debe tener una funcionalidad básica que luego será mejorada mediante un proceso iterativo. Esto quiere decir que debes crear un modelo inicial con un presupuesto limitado, características mínimas para alcanzar un objetivo concreto y que los posibles compradores quieran pagar por ello.
Como ya te he comentado, el mvp sirve para desarrollar un producto mínimamente funcional que te proporciona valor inmediato sin disparar los costes. Empezar con este tipo de prototipo te permite aprender más sobre el usuario objetivo, el mercado en el que piensas establecerte y comprobar si tus hipótesis son ciertas.
Podemos resumir lo que puedes lograr con esta metodología ágil de la siguiente manera:
Usando los principios del modelo Lean Startup, del método Agile y del Design Thinking, puedes validar con mayor precisión los riesgos asociados al lanzamiento de un producto y reducir el impacto económico de cualquier intento fallido. Muchas empresas unicornio y que se han vuelto parte de nuestras vidas, son ejemplos claros de esta metodología y sus principales beneficios:
Construir un MPV es una labor factible siempre que te concentres en las premisas del proceso. No implica tener un producto perfecto en meses o años, sino de poner a prueba un prototipo con poco presupuesto y que puedas modificar fácilmente sobre la marcha. Para lograr este escalamiento progresivo y efectivo, debes seguir este proceso:
El primer paso en la creación de un producto mínimo viable requiere que identifiques si realmente existe la necesidad de que esté en el mercado. Puede que se trate de una carencia empresarial o personal que no está siendo atendida. También resulta fundamental que te concentres en evaluar a tus competidores directos para conocer su modelo de negocio.
En este sentido, hay 2 aspectos clave que debes tomar en cuenta:
Para tener éxito en un emprendimiento y la creación de un mvp, resulta necesario validar la hipótesis principal de tu plan. Para ponerte en el lugar del cliente, necesitas hacerte 2 preguntas básicas:
Al responder estas interrogantes, encontrarás la esencia de tu producto o servicio y las mejores soluciones para necesidades futuras del mercado.
Los posibles clientes son considerados como el público meta, quienes serán tus early adopters o posibles compradores. Por eso es importante encontrar el problema que quieres resolver en función de esta audiencia objetivo. Puedes hacerlo pensando en tus propios desafíos personales, evaluando si existe una forma mejor o si hace falta una herramienta determinada que puedas crear. También puedes observar las necesidades en ciertos segmentos del mercado.
Como ejemplo, podemos mencionar el modelo de negocios de Uber. Al principio, su app estaba destinada a la contratación de coches negros premium en algunas ciudades. Aunque esto podría interpretarse como algo costoso, en realidad era lo opuesto. Su intención fue permitirle a la gente que no podía costear estos vehículos, contratar este tipo de servicio a un precio asequible.
Da igual lo singular o genial que sea tu producto o servicio; deberás evaluar a la competencia y buscar soluciones en el mercado cuyas características son parecidas. A menudo, los emprendedores creen que su pvm es tan singular, que consideran que dicho análisis no es necesario. No caigas en esta trampa subjetiva, porque igual te hará falta una validación de riesgos objetiva para un lanzamiento exitoso.
Para esta labor tan importante, cuentas con una serie de herramientas online que te proporcionan información valiosa sobre tus competidores. Investigando sus portales o apps, puedes averiguar cuál es su ranking, tráfico mensual, fuentes que generan dicho tráfico, ubicación geográfica y otros datos relevantes. Esto puede hacerse con la ayuda de App Annie o SensorTower (para apps), Similar Web, ahrefs, Semrush (keywords y tráfico SEO y AdWords), QuantCast, Google Trends,..
Asimismo, tienes la posibilidad de buscar comentarios, reseñas u opiniones sobre los productos o servicios de la competencia. El objetivo de este análisis consiste en que puedas crear un minimum viable product que tome en cuenta las carencias de las soluciones existentes. Por otra parte, esto te sirve para capturar algunas ideas que no habías considerado y que puedes poner en práctica dándoles tu propia interpretación.
Para disponer de un producto mínimo viable exitoso es esencial tener presente al usuario final. Si quieres garantizar que el público meta apruebe tu primera iteración, necesitas hacer un mapeo del comportamiento de los usuarios. Así tienes una perspectiva desde su punto de vista a partir del momento que conocen el producto hasta que concretas la venta.
De igual forma, el diseño del user journey y la definición de las acciones necesarias para cumplir los objetivos te asegura tener el proceso bajo control mientras promueves la satisfacción del cliente a cada paso. Para lograr user journeys efectivos, necesitas 3 factores principales:
En este recuadro te mostramos cómo se ve un viaje del consumidor de una aplicación online, de forma general:
Análisis de un viaje del consumidor de un servicio online | ||||
Buscar | Evaluar | Experimentar | Comprar | Retener |
¿Cómo te están encontrando tus clientes? ¿De dónde salen más allá de tu página web? | ¿Cuáles son los detalles de tu solución? ¿Cómo se compara con otras opciones? | ¿Cómo pueden interactuar los clientes con tu solución antes de invertir dinero? | ¿Cuáles son los pasos para comprar?
¿Los clientes comienzan con un período de prueba gratis? | ¿Cómo consiguen los clientes soporte continuo? |
Objetivos del consumidor | ||||
Localizar una solución a su problema | Determinar si esta alternativa es la que mejor opción para cubrir las necesidades | Decidir si vale la pena pagar por esta solución | Obtener acceso a todas las funciones y beneficios según el plan elegido | Conseguir servicio al cliente cuando haga falta y soporte continuo |
Puntos de contacto | ||||
Casos de estudio | Registros de prueba | Página de compra | Centro de ayuda | |
Página de precios o artículos del blog | Tour del producto | |||
Página de FAQ | Creación de cuenta | Checkout | Contacto para atención al cliente |
Ya tienes el proceso por el que el usuario podría decantarse por tu aplicación, para resolver su problema. Dicho de otra forma, convertirse en cliente. Ahora vamos a ser más granulares, veremos el proceso que realiza usuario para resolver sus problemas y con qué cosas no estaría satisfecho (dolor) y con cuáles si lo estaría (ganancia).
El siguiente paso en esta guía para hacer un producto viable consiste en crear un mapa de dolor y ganancia para cada acción. Este recurso te permite identificar todos los puntos de preocupación y las soluciones que obtiene el usuario cada vez que los determinas. Este método te permite hallar esos aspectos a los cuales podrías añadir más valor para tu pmv y dejar los menos importantes para futuras mejoras.
La herramienta de corrección de textos en inglés Grammarly ha acumulado casi 20 millones de usuarios desde 2008. La clave de su éxito es que lograron convertir su producto de una herramienta que las personas usan ocasionalmente en un compañero cotidiano.
El producto original de Grammarly permitía corregir las faltas de ortografía al copiar y pegar texto en su editor de texto.
Vamos a desarrollar este punto un poco más con un ejemplo, para que veas todo el proceso:
El mapa de viaje del usuario para este usuario podría ser el siguiente:
Línea de tiempo | Fase 1 | Fase 2 | Fase 3 |
Punto de preocupación | El usuario no quiere corregir su texto ni que otro de su equipo lo haga. | El usuario quiere asegurarse de que todos los errores son corregidos para su texto final. | El usuario necesita pasar el texto corregido a un email. |
Punto de contacto | El usuario descubre que Grammarly puede hallar los errores del texto por él. |
El usuario puede ver notas sobre ortografía contextual y errores de estilo a medida que Grammarly los identifica. Esto le asegura que sus faltas van más allá de una simple errata. | Cuando copia y pega el escrito no captura algunas palabras del final. Lo envía así sin percatarse y se siente frustrado por la omisión. |
Canal | Aplicación web | Aplicación web | Aplicación web |
Experiencia | Positiva.
El usuario encontró lo que necesitaba. | Positiva.
El proceso es bastante exhaustivo. | Negativa.
El proceso de copiar y pegar anuló en parte los beneficios de la corrección. |
Este tipo de experiencia negativa podría disuadir a los usuarios de dejar de utilizar Grammarly, ya que agrega mucha fricción. Cada vez que el usuario quiere corregir algo, tiene que abrir Grammarly y copiar y pegar, dando lugar a un gran margen de error y pérdida de tiempo.
Grammarly solucionó esto lanzando una extensión web de Chrome. Activar la extensión permitiría a Grammarly corregir el texto en cualquier lugar en el que el usuario estuviera escribiendo dentro de este navegador. (Emails, formularios de contacto, google docs,...)
Ahora su producto puede ayudar a un usuario a escribir bien en inglés en cualquier sitación. Así es como Grammarly cambió de un producto que la gente usaba ocasionalmente a uno que era constantemente necesario.
El modelo de negocio de Grammarly gira en torno a lograr que las personas comiencen a usar la versión gratuita del producto a través de la extensión del navegador, y luego hacer que actualicen sus planes a través de la aplicación web. Por lo tanto, mover usuarios entre plataformas es fundamental para el éxito de la marca.
En este punto de la creación del producto mínimo viable ya puedes distinguir las características esenciales del modelo inicial, así como las menos relevantes que vas a incluir en la hoja de ruta del producto. Ten presente que agregar demasiadas funciones solicitadas por los usuarios puede dañar su experiencia y desvirtuar el propósito de este proceso.
Si quieres tener un MPV exitoso, te dejamos algunas consideraciones fundamentales:
Una vez que hayas elegido al user persona en el cual centrar tu modelo de negocios, debes preguntarte qué hace falta incluir en un PVM. Para no desviarte del camino, tienes que preguntarte: ¿El usuario desea esta función para resolver su problema o la necesita realmente para dar solución a su problema?
Mientras que los deseos son esas características que van a convencer al cliente para que pruebe lo que ofreces, las necesidades son las características imprescindibles del servicio o producto. Si no tienes la seguridad de que algo vaya a usarse o con qué frecuencia, se trata de un deseo.
Sabes que tienes un buen minimal viable product cuando cubres todas las necesidades y la mayoría de los deseos como para validar tu hipótesis. La elección de necesidades va a depender de una diferenciación inmediata del resto, por eso el MVP debe estar enfocado en lo esencial para comenzar los ensayos.
A medida que vas estableciendo los pasos que debe tomar el consumidor para hacer uso de tu producto, conviene crear una lista de funciones particulares para cada etapa. Puedes destacar aquellas que sería bueno tener, pero que no son estrictamente necesarias.
Luego hará falta priorizarlas, lo cual se logra mediante el siguiente proceso:
En este último paso de esta guía para hacer un producto mínimo viable, pones a prueba lo que has logrado hasta ahora. Esto significa que debes pasar al desarrollo y, cuando esta fase esté casi terminada, pasar a los ensayos. La primera etapa de testeo debe estar a cargo de testers que se aseguren que todo funciona correctamente. Ellos garantizan que el producto está listo para las pruebas alpha y beta.
La prueba alpha también puede ser considerada como un lanzamiento entre amigos y familiares, porque está destinada a un pequeño grupo de discusión fuera del contexto laboral. Cuando el producto o servicio supera esta etapa, ya puedes comenzar con la prueba beta, que ocurre en el mundo real y con consumidores potenciales. Este segundo ensayo necesita 1-2 semanas para conseguir los datos y estimar si hacen falta cambios cruciales para las siguientes iteraciones.
Las personas que interactúan con el producto te dirán qué falta, qué sobra, lo que les gusta o no. Esta retroalimentación sirve para mejorar el PMV, volver a probarlo, aprender y repetir este proceso las veces que hagan falta. En definitiva, la construcción de un producto mínimo viable tiene un coste variable que dependerá de su complejidad y el manejo de recursos.
La mejor forma de ilustrar la creación de un PVM exitoso es acudiendo a ejemplos de mínimo producto viable de empresas reconocidas que también aplican este proceso. Esto también te sirve para conocer en qué se enfocan estas compañías cuando se trata de desarrollar el desing thinking.
Una historia peculiar es como esta empresa líder del retail empezó vendiendo libros en línea para competir con las viejas editoriales que estaban estancadas en el pasado. Lo que hicieron fue montar una página con un diseño web simple usando el modelo PMV y en la cual ofrecían libros a bajo coste. En 1994, esto fue suficiente para establecerse como un negocio rentable en el comercio minorista.
Antes del lanzamiento de esta startup, su cofundador y CEO Drew Houston estaba muy al tanto de la vasta cantidad de servicios que ofrecían almacenamiento en la nube. Por esta razón, decidió hacer un MVP mediante un video corto que explicaba el funcionamiento de su app. Esta iniciativa cumplió su cometido, llegando al público meta que buscaba. De hecho, recibieron +70 mil correos de usuarios potenciales en un día, validando el concepto.
El fenómeno de Groupon tuvo sus raíces en la reconceptualización de usar los cupones y vouchers como una plataforma para socializar. Antes de ser un ejemplo de éxito, esta empresa lanzó su sitio web usando WordPress y enviando PDFs por email a quienes ya estaban suscritos. Las pruebas de su minimal viable product dieron buenos resultados, lo que los llevó a desarrollar su sistema de vouchers, con un backend para empresas que quieren publicitarse, que es reconocido en todo el mundo.
La mayoría sabe que el lanzamiento de Facebook ocurrió como un MVP que intentaba conectar a estudiantes de colegios y universidades mediante un sistema de mensajes. La idea esencial era que los amigos utilizaran una plataforma social para encontrarse y reunirse. En estos primeros ensayos sus creadores querían establecer la funcionalidad mínima para cumplir con dichos objetivos.
En base a esta premisa, lanzaron la aplicación para que los early adopters la probaran y así conseguir una buena cantidad de opiniones. Los resultados no se hicieron esperar y ya todos estamos al tanto de la popularidad de esta red social. Su éxito se ha traducido en 1.3 billones de usuarios registrados.
Otra red social muy popular, su creación surge de una idea muy particular. Después del lanzamiento de iTunes, la empresa Odeon sufrió un duro golpe. Para averiguar cómo seguir en el mercado, decidieron organizar los llamados “hackatons”, en uno de los cuales se gestó el concepto de una plataforma basada en SMS.
Inicialmente era solo para uso interno y fue conocida como “twttr”. No obstante, había varios empleados que estaban gastando una buena cantidad de dinero en mensajes para postear en esta plataforma para que fuera probada con otros usuarios. El resultado fue su lanzamiento en 2006 como Twitter y un año después se ha había convertido en la 2ª red social más utilizada a nivel mundial.
Junto a estos ejemplos de mínimo producto viable, existen varias formas para que implementes este método derivados del método Lean Startup para conseguir los objetivos esperados: